Author: | Enrique Caballero | ISBN: | 9781370690244 |
Publisher: | Luis Alberto Villamarin Pulido | Publication: | January 7, 2018 |
Imprint: | Smashwords Edition | Language: | Spanish |
Author: | Enrique Caballero |
ISBN: | 9781370690244 |
Publisher: | Luis Alberto Villamarin Pulido |
Publication: | January 7, 2018 |
Imprint: | Smashwords Edition |
Language: | Spanish |
América una equivoación es una magnifica obra literaria de historia continental escrita por el historiador colombiano Enrique Caballero, que debería estar en la biblioteca de todos los latnoamericanos, debido a sus contenidos que se podrían sintetizar en:
En el Descubrimiento y la Conquista no se enfrentaron dos pueblos ni dos razas, sino dos edades mentales de la humanidad, el Renacimiento y el Neolítico o —si se prefiere usar un símil mineralógico— la Edad de Oro y la Edad de Piedra. Basta colocar al indio antropófago a los pies de Colón, o soltarlo en el Vaticano de Alejandro VI. O arrojarlo a los pies de
Fernando el Católico, que es la Edad Media cerrada. ¿Qué comprensión podía caber entre esos interlocutores?
La ignorancia cosmográfica era en la época que estudiamos sencillamente deliciosa. Inicialmente se consideró este continente como un salpullido de islotes. Luego se estimó que debía haber un cuerpo central muy achatado, mucho más ancho que profundo.
El caso de una raza empeñada en auto-eliminarse a la llegada de los invasores no creo que se registre en la historia con las características de suicidio colectivo que se presentó entre los pobladores del territorio de la actual república de Colombia, que determinó un auténtico cataclismo de-mográfico y provocó la amnesia étnica del indígena.En un punto se pusieron de acuerdo las tres razas que poblaron "estas partes", como dicen los cronistas antiguos: en no trabajar. Ahí está la fecunda simiente del subdesarrollo.
La América española, la América lusitana y la América anglosa-jona presentan tres niveles de desarrollo y tres estilos de civilización cuyos perfiles se van acentuando y distanciando insensatamente.
Puede que del Brasil surja una civilización de tierra caliente que sería una novedad: lo que he llamado la civilización de la Tanga. En cuanto a Norteamérica, jamás un imperio necesitó menos tiempo para consolidarse.
Por último, la corrupción republicana parece haber sido en Colombia más productiva que el heroísmo rapaz de los conquistadores. Nunca llegaron estos a obtener la retribución pecuniaria que consiguen hoy los narcotraficantes y marihuaneros y contrabandistas de café y de esmeraldas. Es todo un aviso luminoso para la juventud.
La política de las potencias frente a la América recién descubierta constituyó una monstruosa equivocación, en la cual los bárbaros fueron los blancos. Pero España rectificó valerosamente ese error. De esa soberana y contundente rectificación, nació, nada menos, que el Derecho Internacional y se esbozaron por primera vez los derechos humanos.
América una equivoación es una magnifica obra literaria de historia continental escrita por el historiador colombiano Enrique Caballero, que debería estar en la biblioteca de todos los latnoamericanos, debido a sus contenidos que se podrían sintetizar en:
En el Descubrimiento y la Conquista no se enfrentaron dos pueblos ni dos razas, sino dos edades mentales de la humanidad, el Renacimiento y el Neolítico o —si se prefiere usar un símil mineralógico— la Edad de Oro y la Edad de Piedra. Basta colocar al indio antropófago a los pies de Colón, o soltarlo en el Vaticano de Alejandro VI. O arrojarlo a los pies de
Fernando el Católico, que es la Edad Media cerrada. ¿Qué comprensión podía caber entre esos interlocutores?
La ignorancia cosmográfica era en la época que estudiamos sencillamente deliciosa. Inicialmente se consideró este continente como un salpullido de islotes. Luego se estimó que debía haber un cuerpo central muy achatado, mucho más ancho que profundo.
El caso de una raza empeñada en auto-eliminarse a la llegada de los invasores no creo que se registre en la historia con las características de suicidio colectivo que se presentó entre los pobladores del territorio de la actual república de Colombia, que determinó un auténtico cataclismo de-mográfico y provocó la amnesia étnica del indígena.En un punto se pusieron de acuerdo las tres razas que poblaron "estas partes", como dicen los cronistas antiguos: en no trabajar. Ahí está la fecunda simiente del subdesarrollo.
La América española, la América lusitana y la América anglosa-jona presentan tres niveles de desarrollo y tres estilos de civilización cuyos perfiles se van acentuando y distanciando insensatamente.
Puede que del Brasil surja una civilización de tierra caliente que sería una novedad: lo que he llamado la civilización de la Tanga. En cuanto a Norteamérica, jamás un imperio necesitó menos tiempo para consolidarse.
Por último, la corrupción republicana parece haber sido en Colombia más productiva que el heroísmo rapaz de los conquistadores. Nunca llegaron estos a obtener la retribución pecuniaria que consiguen hoy los narcotraficantes y marihuaneros y contrabandistas de café y de esmeraldas. Es todo un aviso luminoso para la juventud.
La política de las potencias frente a la América recién descubierta constituyó una monstruosa equivocación, en la cual los bárbaros fueron los blancos. Pero España rectificó valerosamente ese error. De esa soberana y contundente rectificación, nació, nada menos, que el Derecho Internacional y se esbozaron por primera vez los derechos humanos.