El viaje que en 1745 emprendieron por orden de la Corte de España los padres Quiroga y Cardiel, de la Compañía de Jesús, tuvo por objetivo señalar un punto favorable al establecimiento de una población. El que parecía más indicado era la bahía de San Julián, y fue precisamente el que se reconoció menos propio para fomentarla: tierra estéril, pobre de caza, de combustibles y hasta de agua potable. Los mismos indios se retraían de habitarla y solo la visitaban para hacer sus provisiones de sal, que era lo único que allí abundaba.
El viaje que en 1745 emprendieron por orden de la Corte de España los padres Quiroga y Cardiel, de la Compañía de Jesús, tuvo por objetivo señalar un punto favorable al establecimiento de una población. El que parecía más indicado era la bahía de San Julián, y fue precisamente el que se reconoció menos propio para fomentarla: tierra estéril, pobre de caza, de combustibles y hasta de agua potable. Los mismos indios se retraían de habitarla y solo la visitaban para hacer sus provisiones de sal, que era lo único que allí abundaba.