Experto en fechas y otros textos

Fiction & Literature
Cover of the book Experto en fechas y otros textos by Guillermo Samperio, Editorial Electronica Andaluza
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Author: Guillermo Samperio ISBN: 9788415658245
Publisher: Editorial Electronica Andaluza Publication: December 8, 2012
Imprint: rdeditores Language: Spanish
Author: Guillermo Samperio
ISBN: 9788415658245
Publisher: Editorial Electronica Andaluza
Publication: December 8, 2012
Imprint: rdeditores
Language: Spanish

«En mi barrio literario hay árboles violetas, una playa en el D.F. (o, por lo menos, un río), alfalfares, diversas voces del tiempo y del viento, jirafas enanas. Yo tendría una de ellas, porque me gustaría tener una jirafa enana en mi casa. Mariposas de alas blancas como sábanas pequeñas, humillo saliendo por aquí y por allá. Y que siempre estuviera pasando, por la ventana, una mujer linda. Cercas para podérmelas saltar; nubes pero gordas, azules, rojas, en forma de dragones, de zapatos; nubes que soñaban, nubes que estuvieran dentro de mi habitación. Voces que cantaran entre ópera y alguna melodía extraña, pero tendrían que ser voces hermafroditas, quizá instrumentos musicales de la naturaleza. Que los maizales tocaran rumbas, que las cascadas cantaran rock metálico, que los guajes naturales estuvieran permanentemente entonando el son montuno. Y que esa mujer linda, que pasa por la ventana, estuviera recostada en un sillón dentro del cuarto, quieta, fumando un cigarro, posando con una mano en la barbilla, mirando a la nube que estaría dentro de la habitación. A un lado de ella, la jirafa enana. De pronto se sienta, cruza las piernas: falda corta, muslos largos, mirada de pájaro azul. Y tener al fondo de la habitación una serie de frascos donde hubiera cochinillas, arañas, una tarántula roja aterciopelada (de las que muerden pero no muerden). Un breve rinoceronte en uno de los frascos, amamantado por una elefanta un poquito más grande. Y alrededor de ellos, pues, sus rinofantes, sus hijitos, que armarían una orquesta de cámara para animales diminutos; incluso para aquellos que el soberbio ser humano no logra ver y desprecia, como los ácaros. »Alguna vez alguien me preguntó que desafío me gustaría llevar a cabo. Yo contesté que me atrevería a desafiar el record guiness de dar el mayor número de talleres en mi vida; y de compartir con discípulos mis experiencias literarias, mis lecturas. Me gusta ver crecer escritores a mi alrededor. Y que escriban mejor que yo, pero no tanto. »Soy un tanto travieso con mi imaginación porque como vi que decía el personaje de una película que se llama El experimento, yo entablaba permanentemente un juego no sólo con mi padre, sino con la sociedad en su conjunto. Jugaba a escaparme, a hacer algo distinto a lo que me indicaba mi padre; y mi madre y mi madrina. Desencontrándome permanentemente hasta el grado de olvidarme de mí mismo y un día sorprenderme en una noche a las cinco de la mañana, solo, en una avenida, pidiendo ¿right? Se para el automóvil, y vengo yo manejando. Y me llevo. »En mi mundo cualquier personaje puede jugar un papel de protagonista pero yo puedo manipularlo en su historia y su fin, sin importar que tan importante sea su peso literario. Un relato puede llevarme por varios caminos puedo seguir la corriente de una historia y volver detrás e irme contracorriente, no me importa, en mi mundo hay cataratas que van de abajo para arriba, manzanas que al caer flotan y se posan en la canasta que más les guste. Así, como en mis textos». Fragmento extraído de una entrevista hecha al Mtro. Guillermo Samperio por el Doctor en letras por la Universidad de Salamanca, Rafael Pontes Velasco.

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«En mi barrio literario hay árboles violetas, una playa en el D.F. (o, por lo menos, un río), alfalfares, diversas voces del tiempo y del viento, jirafas enanas. Yo tendría una de ellas, porque me gustaría tener una jirafa enana en mi casa. Mariposas de alas blancas como sábanas pequeñas, humillo saliendo por aquí y por allá. Y que siempre estuviera pasando, por la ventana, una mujer linda. Cercas para podérmelas saltar; nubes pero gordas, azules, rojas, en forma de dragones, de zapatos; nubes que soñaban, nubes que estuvieran dentro de mi habitación. Voces que cantaran entre ópera y alguna melodía extraña, pero tendrían que ser voces hermafroditas, quizá instrumentos musicales de la naturaleza. Que los maizales tocaran rumbas, que las cascadas cantaran rock metálico, que los guajes naturales estuvieran permanentemente entonando el son montuno. Y que esa mujer linda, que pasa por la ventana, estuviera recostada en un sillón dentro del cuarto, quieta, fumando un cigarro, posando con una mano en la barbilla, mirando a la nube que estaría dentro de la habitación. A un lado de ella, la jirafa enana. De pronto se sienta, cruza las piernas: falda corta, muslos largos, mirada de pájaro azul. Y tener al fondo de la habitación una serie de frascos donde hubiera cochinillas, arañas, una tarántula roja aterciopelada (de las que muerden pero no muerden). Un breve rinoceronte en uno de los frascos, amamantado por una elefanta un poquito más grande. Y alrededor de ellos, pues, sus rinofantes, sus hijitos, que armarían una orquesta de cámara para animales diminutos; incluso para aquellos que el soberbio ser humano no logra ver y desprecia, como los ácaros. »Alguna vez alguien me preguntó que desafío me gustaría llevar a cabo. Yo contesté que me atrevería a desafiar el record guiness de dar el mayor número de talleres en mi vida; y de compartir con discípulos mis experiencias literarias, mis lecturas. Me gusta ver crecer escritores a mi alrededor. Y que escriban mejor que yo, pero no tanto. »Soy un tanto travieso con mi imaginación porque como vi que decía el personaje de una película que se llama El experimento, yo entablaba permanentemente un juego no sólo con mi padre, sino con la sociedad en su conjunto. Jugaba a escaparme, a hacer algo distinto a lo que me indicaba mi padre; y mi madre y mi madrina. Desencontrándome permanentemente hasta el grado de olvidarme de mí mismo y un día sorprenderme en una noche a las cinco de la mañana, solo, en una avenida, pidiendo ¿right? Se para el automóvil, y vengo yo manejando. Y me llevo. »En mi mundo cualquier personaje puede jugar un papel de protagonista pero yo puedo manipularlo en su historia y su fin, sin importar que tan importante sea su peso literario. Un relato puede llevarme por varios caminos puedo seguir la corriente de una historia y volver detrás e irme contracorriente, no me importa, en mi mundo hay cataratas que van de abajo para arriba, manzanas que al caer flotan y se posan en la canasta que más les guste. Así, como en mis textos». Fragmento extraído de una entrevista hecha al Mtro. Guillermo Samperio por el Doctor en letras por la Universidad de Salamanca, Rafael Pontes Velasco.

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