Author: | Kathleen Hope | ISBN: | 9781547502004 |
Publisher: | Kathleen Hope | Publication: | December 11, 2017 |
Imprint: | Language: | Spanish |
Author: | Kathleen Hope |
ISBN: | 9781547502004 |
Publisher: | Kathleen Hope |
Publication: | December 11, 2017 |
Imprint: | |
Language: | Spanish |
—Puedes besarme y hacerlo mucho mejor —dijo von voz aterciopelada.
Mi mirada se dirigió hacia su boca. Era tan tentadora que de repente quise besarlo de nuevo. Pero esta vez de verdad. Y solo para añadir más gasolina al fuego se pasó la lengua por el labio inferior, provocativo. Me incliné muy poco a poco sobre él y presioné mi boca contra la suya. Tras unos instantes abrió los labios como una invitación para que explorase su boca, cosa que hice.
Cuando nuestras lenguas entraron en contacto, de mi cuerpo emanó un calor volcánico de pasión desenfrenada. El beso apenas duró unos segundos, pero todavía podía sentir sus labios cuando nos separamos. Lo observé desenvolver las cintas de las manos para hacerlas un ovillo. La esencia de su perfume flotó hasta mi nariz cuando pasó por delante de mí para dejar caer los rollos sudados en mi bolsa de gimnasio. Se giró para mirarme.
—¿Vas a venir conmigo para ver a Curtis o vas a seguir practicando un poco más?
Sinceramente, no pude ni formar una frase como respuesta. Aquel beso efímero me había perturbado de la cabeza a los pies. Al final pude deshacerme de la neblina de mi cerebro.
—Voy contigo —le contesté. Al menos creí haber dicho aquello. Debí decirlo porque él me lanzó una sonrisa.
—Entonces querrás...
—Puedes besarme y hacerlo mucho mejor —dijo von voz aterciopelada.
Mi mirada se dirigió hacia su boca. Era tan tentadora que de repente quise besarlo de nuevo. Pero esta vez de verdad. Y solo para añadir más gasolina al fuego se pasó la lengua por el labio inferior, provocativo. Me incliné muy poco a poco sobre él y presioné mi boca contra la suya. Tras unos instantes abrió los labios como una invitación para que explorase su boca, cosa que hice.
Cuando nuestras lenguas entraron en contacto, de mi cuerpo emanó un calor volcánico de pasión desenfrenada. El beso apenas duró unos segundos, pero todavía podía sentir sus labios cuando nos separamos. Lo observé desenvolver las cintas de las manos para hacerlas un ovillo. La esencia de su perfume flotó hasta mi nariz cuando pasó por delante de mí para dejar caer los rollos sudados en mi bolsa de gimnasio. Se giró para mirarme.
—¿Vas a venir conmigo para ver a Curtis o vas a seguir practicando un poco más?
Sinceramente, no pude ni formar una frase como respuesta. Aquel beso efímero me había perturbado de la cabeza a los pies. Al final pude deshacerme de la neblina de mi cerebro.
—Voy contigo —le contesté. Al menos creí haber dicho aquello. Debí decirlo porque él me lanzó una sonrisa.
—Entonces querrás...