Marianela

Nonfiction, Religion & Spirituality, New Age, History, Fiction & Literature
Cover of the book Marianela by Benito Pérez Galdós, Library of Alexandria
View on Amazon View on AbeBooks View on Kobo View on B.Depository View on eBay View on Walmart
Author: Benito Pérez Galdós ISBN: 9781465567482
Publisher: Library of Alexandria Publication: July 29, 2009
Imprint: Library of Alexandria Language: Spanish
Author: Benito Pérez Galdós
ISBN: 9781465567482
Publisher: Library of Alexandria
Publication: July 29, 2009
Imprint: Library of Alexandria
Language: Spanish
I- Perdido Se puso el sol. Tras el breve crepúsculo vino tranquila y oscura la noche, en cuyo negro seno murieron poco a poco los últimos rumores de la tierra soñolienta, y el viajero siguió adelante en su camino, apresurando su paso a medida que avanzaba la noche. Iba por angosta vereda, de esas que sobre el césped traza el constante pisar de hombres y brutos, y subía sin cansancio por un cerro en cuyas vertientes se alzaban pintorescos grupos de guinderos, hayas y robles. (Ya se ve que estamos en el Norte de España.) Era un hombre de mediana edad, de complexión recia, buena talla, ancho de espaldas, resuelto de ademanes, firme de andadura, basto de facciones, de mirar osado y vivo, ligero a pesar de su regular obesidad, y (dígase de una vez aunque sea prematuro) excelente persona por doquiera que se le mirara. Vestía el traje propio de los señores acomodados que viajan en verano, con el redondo sombrerete, que debe a su fealdad el nombre de hongo, gemelos de campo pendientes de una correa, y grueso bastón que, entre paso y paso, le servía para apalear las zarzas cuando extendían sus ramas llenas de afiladas uñas para atraparle la ropa. Detúvose, y mirando a todo el círculo del horizonte, parecía impaciente y desasosegado. Sin duda no tenía gran confianza en la exactitud de su itinerario y aguardaba el paso de algún aldeano que le diese buenos informes topográficos para llegar pronto y derechamente a su destino. —No puedo equivocarme—murmuró—. Me dijeron que atravesara el río por la pasadera... así lo hice. Después que marchara adelante, siempre adelante. En efecto, allá, detrás de mí queda esa apreciable villa, a quien yo llamaría Villafangosa por el buen surtido de lodos que hay en sus calles y caminos.... De modo que por aquí, adelante, siempre adelante (me gusta esta frase, y si yo tuviera escudo no le pondría otra divisa) he de llegar a las famosas minas de Socartes
View on Amazon View on AbeBooks View on Kobo View on B.Depository View on eBay View on Walmart
I- Perdido Se puso el sol. Tras el breve crepúsculo vino tranquila y oscura la noche, en cuyo negro seno murieron poco a poco los últimos rumores de la tierra soñolienta, y el viajero siguió adelante en su camino, apresurando su paso a medida que avanzaba la noche. Iba por angosta vereda, de esas que sobre el césped traza el constante pisar de hombres y brutos, y subía sin cansancio por un cerro en cuyas vertientes se alzaban pintorescos grupos de guinderos, hayas y robles. (Ya se ve que estamos en el Norte de España.) Era un hombre de mediana edad, de complexión recia, buena talla, ancho de espaldas, resuelto de ademanes, firme de andadura, basto de facciones, de mirar osado y vivo, ligero a pesar de su regular obesidad, y (dígase de una vez aunque sea prematuro) excelente persona por doquiera que se le mirara. Vestía el traje propio de los señores acomodados que viajan en verano, con el redondo sombrerete, que debe a su fealdad el nombre de hongo, gemelos de campo pendientes de una correa, y grueso bastón que, entre paso y paso, le servía para apalear las zarzas cuando extendían sus ramas llenas de afiladas uñas para atraparle la ropa. Detúvose, y mirando a todo el círculo del horizonte, parecía impaciente y desasosegado. Sin duda no tenía gran confianza en la exactitud de su itinerario y aguardaba el paso de algún aldeano que le diese buenos informes topográficos para llegar pronto y derechamente a su destino. —No puedo equivocarme—murmuró—. Me dijeron que atravesara el río por la pasadera... así lo hice. Después que marchara adelante, siempre adelante. En efecto, allá, detrás de mí queda esa apreciable villa, a quien yo llamaría Villafangosa por el buen surtido de lodos que hay en sus calles y caminos.... De modo que por aquí, adelante, siempre adelante (me gusta esta frase, y si yo tuviera escudo no le pondría otra divisa) he de llegar a las famosas minas de Socartes

More books from Library of Alexandria

Cover of the book Washington Crossing the Delaware by Benito Pérez Galdós
Cover of the book Beacon Lights of History (Complete) by Benito Pérez Galdós
Cover of the book Discoveries Among the Ruins of Nineveh and Babylon by Benito Pérez Galdós
Cover of the book The Frontiersmen by Benito Pérez Galdós
Cover of the book The Dungeons of Old Paris: Being the Story and Romance of the most Celebrated Prisons of the Monarchy and the Revolution by Benito Pérez Galdós
Cover of the book Sekhet by Benito Pérez Galdós
Cover of the book Laboulaye's Fairy Book by Benito Pérez Galdós
Cover of the book The Retrospect by Benito Pérez Galdós
Cover of the book Daireen (Complete) by Benito Pérez Galdós
Cover of the book Tom Clark and His Wife: Their Double Dreams, And the Curious Things that Befell Them Therein; Being the Rosicrucian's Story by Benito Pérez Galdós
Cover of the book Deutschland Über Allah by Benito Pérez Galdós
Cover of the book Scandal: A Novel by Benito Pérez Galdós
Cover of the book The Bible in Spain; Or, the Journeys, Adventures, and Imprisonments of an Englishman, in an Attempt to Circulate the Scriptures in the Peninsula by Benito Pérez Galdós
Cover of the book Märchen Und Erzählungen Für Anfänger. Erster Teil by Benito Pérez Galdós
Cover of the book Men of the Bible; Some Lesser-Known Characters by Benito Pérez Galdós
We use our own "cookies" and third party cookies to improve services and to see statistical information. By using this website, you agree to our Privacy Policy