Orígenes del mundo, sueños, historias infantiles o macabras, momentos humanos e íntimos que brillan un momento y se apagan, pero su fulgor permanece varios momentos en el cielo oscuro. Manuel Arduino nos presenta unos cuentos breves, sencillos y profundos, pequeñas chispas que hacen pensar, sonreír y sorprender. Los juegos de palabras son juegos de realidades en el que lo lógico no siempre está dónde debería y la apariencia es un espejo intratable. La curiosidad narrativa se afila página a página, nos ofrece un despliegue de historias fantásticas, reales y empecinadas en ir un poco más allá de lo obvio con una economía literaria que acentúa las posibilidades infinitas de las palabras y la literatura. Unos Cuentos fugaces que iluminan y muestran lo que esconde la rutina. Manuel Arduino nos presenta unos cuentos que están a medio camino entre el cuento filosófico, el folclore y el koan japonés. El humor negro, la inteligencia y finales que nunca se cierran del todo, aunque tampoco se quedan abiertos. Lo mismo aparecen milagros religiosos, como funcionarios imposibles o ladrones de uñas cortadas. Unos relatos que cuanto más cortos son, más posibilidades de lectura ofrecen a los que nos quedamos mirándolos como algo fugaz. Acompañan a estos cuentos llenos de imaginación las ilustraciones de Sandra García que acaban de llenar este libro de creatividad, dulzura y pensamiento, una pequeña joya para leer en cualquier lugar y momento, para ocupar la mente y el espíritu en ese lugar que no existe, pero siempre está.
Orígenes del mundo, sueños, historias infantiles o macabras, momentos humanos e íntimos que brillan un momento y se apagan, pero su fulgor permanece varios momentos en el cielo oscuro. Manuel Arduino nos presenta unos cuentos breves, sencillos y profundos, pequeñas chispas que hacen pensar, sonreír y sorprender. Los juegos de palabras son juegos de realidades en el que lo lógico no siempre está dónde debería y la apariencia es un espejo intratable. La curiosidad narrativa se afila página a página, nos ofrece un despliegue de historias fantásticas, reales y empecinadas en ir un poco más allá de lo obvio con una economía literaria que acentúa las posibilidades infinitas de las palabras y la literatura. Unos Cuentos fugaces que iluminan y muestran lo que esconde la rutina. Manuel Arduino nos presenta unos cuentos que están a medio camino entre el cuento filosófico, el folclore y el koan japonés. El humor negro, la inteligencia y finales que nunca se cierran del todo, aunque tampoco se quedan abiertos. Lo mismo aparecen milagros religiosos, como funcionarios imposibles o ladrones de uñas cortadas. Unos relatos que cuanto más cortos son, más posibilidades de lectura ofrecen a los que nos quedamos mirándolos como algo fugaz. Acompañan a estos cuentos llenos de imaginación las ilustraciones de Sandra García que acaban de llenar este libro de creatividad, dulzura y pensamiento, una pequeña joya para leer en cualquier lugar y momento, para ocupar la mente y el espíritu en ese lugar que no existe, pero siempre está.