Author: | José Manuel Marroquín | ISBN: | 1230002204352 |
Publisher: | Ediciones LAVP | Publication: | March 8, 2018 |
Imprint: | Language: | English |
Author: | José Manuel Marroquín |
ISBN: | 1230002204352 |
Publisher: | Ediciones LAVP |
Publication: | March 8, 2018 |
Imprint: | |
Language: | English |
Los tratados de ortografía que se han publicado antes que el presente, sólo contienen unas pocas reglas sobre el uso de aquellas letras que los desconocedores del idioma español, pueden omitir o emplear desacertadamente; y aun entre estas pocas reglas hay varias inútiles para los principiantes, porque presuponen el conocimiento del latín, o porque, teniendo excepciones, como sus autores lo afirman sin expresar cuáles son, nadie puede atreverse a aplicarlas sin temor de equivocarse.
En una palabra, dichos tratados no enseñan al principiante lo único que necesita saber, esto es, cuáles son las palabras en que han de emplearse la b, la v, la c, la s, la z, la j, la g, la h, la x, las vocales duplicadas, la combinación se, la c duplicada, etc.
En cuanto a esto, es costumbre invariable remitir a los aprendices al Diccionario y darles esperanzas de que el uso les enseñará cuanto hayan menester.
Es preciso convenir en que el uso suple la falta de enseñan-za, tanto en materia de ortografía como en las otras artes, pero es aún más preciso convenir en que, si a la práctica ha precedido el estudio, los resultados deben ser mejores y más prontos.
Agrégase a esto que los empleados de ciertas oficinas y las personas que se consagran a la literatura, son en nuestra tierra los únicos que escriben lo bastante para aprender a hacerlo bien con la práctica sola. Los que no escriben muy a menudo cometen, cada vez que toman la pluma, los mismos errores que la primera vez que la tomaron; ni podrían menos de cometerlos, pues carecen de medios hasta para saber que han incurrido en ellos.
Quien no escribe con frecuencia no tiene en muchos años ocasión de escribir ni la milésima parte de las palabras de nuestro idioma, y el día que tenga que escribir por primera vez alguna de las de dudosa ortografía, dará la prueba de que el uso por sí solo no hace buenos ortógrafos.
La frecuente lectura debería, según parece, suministrar bastantes conocimientos sobre la materia; pero lo cierto es que muchos que leen continuamente dan muestras de ignorar lo más elemental de la ortografía.
Por su contenido didáctico y la metodología sencilla de la estructura de este trado, y pese a los avances tecnológicos de los sistemas que proporcionan corrrectores ortográficos, audios, videos y otros mecaanismos para utilizar adecuadamente la ortografía castellana, esta obra seguirá siendo un documento de obligatoria consulta y un libro esencial en la biblioteca de secretarias, digitadores, ejectitivos, docentes y estudiantes de español en todos los niveles y con mayor razón de las personas comunes y corrientes hispanoparlantes que eventualmente deben escribir una carta, una petición o elaborar algún informe en el que requieren precisión de modo, tiempo y lugar para expresar de la manera mas compresible las ideas y los hechos.
Los tratados de ortografía que se han publicado antes que el presente, sólo contienen unas pocas reglas sobre el uso de aquellas letras que los desconocedores del idioma español, pueden omitir o emplear desacertadamente; y aun entre estas pocas reglas hay varias inútiles para los principiantes, porque presuponen el conocimiento del latín, o porque, teniendo excepciones, como sus autores lo afirman sin expresar cuáles son, nadie puede atreverse a aplicarlas sin temor de equivocarse.
En una palabra, dichos tratados no enseñan al principiante lo único que necesita saber, esto es, cuáles son las palabras en que han de emplearse la b, la v, la c, la s, la z, la j, la g, la h, la x, las vocales duplicadas, la combinación se, la c duplicada, etc.
En cuanto a esto, es costumbre invariable remitir a los aprendices al Diccionario y darles esperanzas de que el uso les enseñará cuanto hayan menester.
Es preciso convenir en que el uso suple la falta de enseñan-za, tanto en materia de ortografía como en las otras artes, pero es aún más preciso convenir en que, si a la práctica ha precedido el estudio, los resultados deben ser mejores y más prontos.
Agrégase a esto que los empleados de ciertas oficinas y las personas que se consagran a la literatura, son en nuestra tierra los únicos que escriben lo bastante para aprender a hacerlo bien con la práctica sola. Los que no escriben muy a menudo cometen, cada vez que toman la pluma, los mismos errores que la primera vez que la tomaron; ni podrían menos de cometerlos, pues carecen de medios hasta para saber que han incurrido en ellos.
Quien no escribe con frecuencia no tiene en muchos años ocasión de escribir ni la milésima parte de las palabras de nuestro idioma, y el día que tenga que escribir por primera vez alguna de las de dudosa ortografía, dará la prueba de que el uso por sí solo no hace buenos ortógrafos.
La frecuente lectura debería, según parece, suministrar bastantes conocimientos sobre la materia; pero lo cierto es que muchos que leen continuamente dan muestras de ignorar lo más elemental de la ortografía.
Por su contenido didáctico y la metodología sencilla de la estructura de este trado, y pese a los avances tecnológicos de los sistemas que proporcionan corrrectores ortográficos, audios, videos y otros mecaanismos para utilizar adecuadamente la ortografía castellana, esta obra seguirá siendo un documento de obligatoria consulta y un libro esencial en la biblioteca de secretarias, digitadores, ejectitivos, docentes y estudiantes de español en todos los niveles y con mayor razón de las personas comunes y corrientes hispanoparlantes que eventualmente deben escribir una carta, una petición o elaborar algún informe en el que requieren precisión de modo, tiempo y lugar para expresar de la manera mas compresible las ideas y los hechos.