Me hallaba en Edimburgo, en el cuerpo de ingenieros, cuando se me propuso hacerme cargo de una compañía cuyo objeto era explotar minas de oro y plata en las provincias del Río de la Plata; y, en consecuencia, con aviso de poquísimos días, zarpé de Falmouth y llegué a Buenos Aires una semana después de que los mineros de Cornwall hubieran desembarcado allí. Fui por las grandes llanuras de las pampas a las minas de oro de San Luis y después a las de plata de Uspallata, más allá de Mendoza, a mil millas de Buenos Aires, luego traspusimos los Andes hasta Santiago. En mis viajes no llevaba un diario regular porque el país que visitaba era una llanura sin fin, o montañas desiertas; pero en ocasiones escribía notas desaliñadas, describiendo cualquier cosa que me interesase o advirtiera. Las tracé solamente para distraer el ánimo, embargado por una responsabilidad a la que no estaba acostumbrado y, por tanto, están necesariamente en aquel estado incoherente, inconexo, que las hace, bien me percato, poco a propósito para afrontar la mirada crítica del público; además, como ha sido mi desdicha ver el fracaso de una compañía inglesa presenciar la pérdida que ha sufrido y, por momentos, en Buenos Aires y Montevideo, estar en sitios donde hemos perdido lo que ningún dinero puede pagar; como estoy persuadido de que estos fracasos han provenido de nuestra ignorancia del país, he resuelto entregar al público los pocos apuntes que poseo, y aunque bien sé que su índole es demasiado trivial para proyectar mucha luz sobre el tema, no obstante, acaso ayuden a hacer visible la oscuridad, y confío en que el estado rudo, áspero en que aparecen, al menos pruebe que no me propongo otra cosa. Sir Francis Bond Head
Me hallaba en Edimburgo, en el cuerpo de ingenieros, cuando se me propuso hacerme cargo de una compañía cuyo objeto era explotar minas de oro y plata en las provincias del Río de la Plata; y, en consecuencia, con aviso de poquísimos días, zarpé de Falmouth y llegué a Buenos Aires una semana después de que los mineros de Cornwall hubieran desembarcado allí. Fui por las grandes llanuras de las pampas a las minas de oro de San Luis y después a las de plata de Uspallata, más allá de Mendoza, a mil millas de Buenos Aires, luego traspusimos los Andes hasta Santiago. En mis viajes no llevaba un diario regular porque el país que visitaba era una llanura sin fin, o montañas desiertas; pero en ocasiones escribía notas desaliñadas, describiendo cualquier cosa que me interesase o advirtiera. Las tracé solamente para distraer el ánimo, embargado por una responsabilidad a la que no estaba acostumbrado y, por tanto, están necesariamente en aquel estado incoherente, inconexo, que las hace, bien me percato, poco a propósito para afrontar la mirada crítica del público; además, como ha sido mi desdicha ver el fracaso de una compañía inglesa presenciar la pérdida que ha sufrido y, por momentos, en Buenos Aires y Montevideo, estar en sitios donde hemos perdido lo que ningún dinero puede pagar; como estoy persuadido de que estos fracasos han provenido de nuestra ignorancia del país, he resuelto entregar al público los pocos apuntes que poseo, y aunque bien sé que su índole es demasiado trivial para proyectar mucha luz sobre el tema, no obstante, acaso ayuden a hacer visible la oscuridad, y confío en que el estado rudo, áspero en que aparecen, al menos pruebe que no me propongo otra cosa. Sir Francis Bond Head