Author: | Marcelo Rodríguez | ISBN: | 9789872990688 |
Publisher: | Indicios Argentina | Publication: | March 2, 2016 |
Imprint: | Indicios Argentina | Language: | Spanish |
Author: | Marcelo Rodríguez |
ISBN: | 9789872990688 |
Publisher: | Indicios Argentina |
Publication: | March 2, 2016 |
Imprint: | Indicios Argentina |
Language: | Spanish |
¿Somos lo que comemos? Los problemas del ser y del comer La comida es portadora de un mal al que muchos no se pueden resistir. Por angustia, por placer o por inercia, se entregan a la comida, y nada pueden hacerle al espejo, la balanza ni toda la información que recibe acerca de lo mal que le hace. Y es portadora de un mal cuyas supuestas soluciones –las dietas y métodos para adelgazar, las publicitadas filosofías de la “vida sana”– entran en la misma lógica y se convierten en nuevos objetos de consumo, cuando no terminan generando daños aún mayores en la salud y profundizando el círculo. La comida es portadora de un gran mal porque millones de personas, a quienes no les falta de comer, siguen muriendo en el mundo por intoxicaciones alimentarias crónicas y agudas. Por diabetes o por síndrome urémico hemolítico. Por cáncer, por botulismo, por alergias. Quien busque en estas páginas la receta para alimentarse correctamente y adquirir una vida sana y sin riesgos probablemente sienta que se ha equivocado de libro. Para quienes, más sensatamente, estén en busca del impulso necesario para cambiar de manera sostenida sus hábitos en torno a la comida, lo más sensato será buscar el apoyo de un profesional de la nutrición. La intención de este humilde trabajo es aportar un poco de racionalidad –o de razonabilidad– en medio de esta locura. La industria agroalimentaria y los medios de comunicación, probablemente, tienen un peso fundamental en la conformación social del gusto en nuestra sociedad de masas. Y si una parte importante del trabajo científico está financiado por los mismos capitales que gobiernan la industria agroalimentaria, y si el discurso con el que se comunica públicamente la ciencia se vuelve cada vez más difícil de diferenciar del discurso publicitario, se conforman alianzas que les otorgan aún mas peso: La industria alimentaria tiene muchísimo poder, y en una sociedad que se precia de moderna y democrática no sería un reclamo legítimo el de tener tanto poder y no querer ser cuestionado.
¿Somos lo que comemos? Los problemas del ser y del comer La comida es portadora de un mal al que muchos no se pueden resistir. Por angustia, por placer o por inercia, se entregan a la comida, y nada pueden hacerle al espejo, la balanza ni toda la información que recibe acerca de lo mal que le hace. Y es portadora de un mal cuyas supuestas soluciones –las dietas y métodos para adelgazar, las publicitadas filosofías de la “vida sana”– entran en la misma lógica y se convierten en nuevos objetos de consumo, cuando no terminan generando daños aún mayores en la salud y profundizando el círculo. La comida es portadora de un gran mal porque millones de personas, a quienes no les falta de comer, siguen muriendo en el mundo por intoxicaciones alimentarias crónicas y agudas. Por diabetes o por síndrome urémico hemolítico. Por cáncer, por botulismo, por alergias. Quien busque en estas páginas la receta para alimentarse correctamente y adquirir una vida sana y sin riesgos probablemente sienta que se ha equivocado de libro. Para quienes, más sensatamente, estén en busca del impulso necesario para cambiar de manera sostenida sus hábitos en torno a la comida, lo más sensato será buscar el apoyo de un profesional de la nutrición. La intención de este humilde trabajo es aportar un poco de racionalidad –o de razonabilidad– en medio de esta locura. La industria agroalimentaria y los medios de comunicación, probablemente, tienen un peso fundamental en la conformación social del gusto en nuestra sociedad de masas. Y si una parte importante del trabajo científico está financiado por los mismos capitales que gobiernan la industria agroalimentaria, y si el discurso con el que se comunica públicamente la ciencia se vuelve cada vez más difícil de diferenciar del discurso publicitario, se conforman alianzas que les otorgan aún mas peso: La industria alimentaria tiene muchísimo poder, y en una sociedad que se precia de moderna y democrática no sería un reclamo legítimo el de tener tanto poder y no querer ser cuestionado.